1. Al contrario de lo que mucha gente piensa, los lobos salvajes huyen de los humanos instintivamente. Es muy raro que se produzca un ataque. Incluso, el último asalto a humanos registrado por parte de lobos, que data de los años 70, se cree que pudo ser ocasionado por perros asilvestrados y no por lobos.
2. Es una especie que regula la cantidad de herbívoros presentes en los bosques. Los herbívoros al sentirse perseguidos, se van moviendo de un lugar a otro del bosque para refugiarse. Con esta huida, permiten a la vegetación recuperarse. En las zonas donde no hay lobos, los herbívoros no tienen que huir y pueden acabar con la flora de una zona ocasionando daños en el equilibrio del ecosistema.
3. El exceso de herbívoros afecta negativamente a otras especies del bosque, tanto animales como vegetales. El ecosistema cambia de forma radical: se reduce la cantidad de alimento disponible para otros animales y el medio se vuelve hostil para insectos y pequeños vertebrados e invertebrados que terminan yéndose del lugar o muriendo.
4. Los lobos además de ser cazadores, a menudo ejercen de carroñeros. Como curiosidad decir que en épocas de escasez de alimento se puede observar a lobos alimentándose de vegetales, como ser frutos silvestres e incluso tienen la capacidad de capturar peces.
5. El lobo tiene anualmente una camada, y en raras ocasiones dos. Las hembras paren entre tres a ocho cachorros. Mientras la loba amamanta a sus lobeznos, durante aproximadamente un mes, el macho cuida y alimenta a la hembra regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza.
6. Cuando una manada de lobos despliegan un ataque sobre una presa, estos no aúllan ni ladran, pero sí gruñen y llegan a castañetear los dientes. Por el contrario, los perros suelen ser mucho más ruidosos, lo cual ha servido en muchas ocasiones para poder determinar la identidad de los grupos de animales que han llegado a atacar rebaños domésticos.
7. Los lobos constituyen un gran sistema de control de enfermedades, tanto en la fauna silvestre como en el ganado. Cazan a los individuos más débiles, en muchas ocasiones porque están enfermos y esto evita la transmisión de enfermedades al resto de ganado o poblaciones de herbívoros. A la larga, los animales más sanos se reproducirán entre ellos, dando como resultado una población de herbívoros más fuertes.