El compromiso con el lobo ibérico
El lobo ibérico es una subespecie del lobo que habita en la Península Ibérica, siendo uno de sus lugares favoritos Castilla y León. Durante varias etapas, ha estado en peligro de extinción tras ser un objetivo de muchos cazadores, habiendo entre 2000 y 2500 en toda España, según los últimos censos.
Muchas personas temen al lobo salvaje, pero la realidad es muy distinta: son ellos los que huyen de nosotros. El lobo es vital para nuestros bosques porque regula la cantidad de herbívoros, ya que persigue a otros animales herbívoros que se ven obligados a refugiarse y trasladarse a otros lugares.
Gracias a ese efecto, la vegetación se recupera porque muchos animales herbívoros atacan la flora, lo que pone en peligro el ecosistema. Además, es necesario que ocupe los territorios donde ha sido extinguido porque su presencia elimina miles de ungulados enfermos de tuberculosis que pueden afectar al resto del ganado.
Esto es posible porque los lobos cazan a la fauna silvestre más débil, caracterizada por estar enferma. De este modo, evita que se transmitan enfermedades a otros herbívoros, como al ganado.
Su inclusión en el LESPE ayuda a acabar con la caza deportiva del lobo, persiguiendo la caza ilegal con el objeto de evitar el descontrol que ha venido produciéndose en los últimos años. Uno de nuestros principios es el respeto por el medio-ambiente, por lo que asumimos nuestro compromiso con el lobo ibérico y no miramos para otro lado.