La uva de este vino se vendimia a mano, cuando llega a su punto perfecto de maduración.  Ya en bodega, tras un suave estrujado, se pasa a depósito para realizar una maceración en frío que durara de 4 a 7 días, para extraer el máximo potencial aromático. Posteriormente arrancaremos la fermentación a partir de sus levaduras naturales, presentes en la propia uva, siempre controlando la temperatura entre 24 y 27ºC y donde trabajaremos las pieles mediante el método tradicional: el bazuqueo.

Al finalizar la fermentación realizamos una maceración en barricas de roble francés y húngaro, donde se domará durante 12 meses y que conseguirá el color tan característico de nuestro crianza, así como aportarle una mayor complejidad.

Por último, clarificamos y estabilizamos mediante frío para su posterior embotellado.

Nuestra filosofía, crear vinos honestos y naturales. Seleccionamos la mejor materia prima posible y controlamos todos los aspectos del proceso. Esto hace que prácticamente no tengamos que añadir ningún producto durante la elaboración. Y cuando es necesario hacerlo, siempre empleamos productos que cumplan la certificación vegana y ecológica.